Por María Paz Muñoz
La integrante de la Agrupación de Derechos Humanos de Puerto Aysén, Ana Hernández Vera, también es hija de Baldomero Hernández Aguilar, quien fue torturado y detenido en la segunda comisaría de la ciudad porteña en los años del terrorismo de Estado.
Su padre fue detenido un día de toque de queda nacional, impuesto por el régimen de terror de Pinochet, que buscaba precisamente detener a las personas que fueron simpatizantes del gobierno democrático de Salvador Allende o simplemente a quien pensara distinto a la mirada hegemónica de la Dictadura.
“Nosotros teníamos un portón de lata, el cual lo estaban golpeando a patadas y con armas hasta que lo abrieron y una vez que lo abrieron, entró un grupo grande de militares, unos diez o doce, todos grandes, armados con sus cosas de guerra e inmediatamente nos tiraron contra la pared de la leñera a mi madre, mi hermano que tenía tres años y a mí. A mi padre lo golpearon e incluso destruyeron toda nuestra casa”, recuerda Ana.
Los militares que juran defender a la patria se ensañaron contra ella, contra sus habitantes, con los más humildes, rompiendo todo lo que había en la vivienda de Ana, “buscando armas y explosivos”, cuestión que fue la excusa para matar, torturar, exiliar y desaparecer.
Fueron dos o tres horas de completo terror, “al final a mi padre lo sacaron esposado y lo subieron a una camioneta en ese entonces, que después supe que era la gobernación, ya que en esa época Aysén era la capital regional”.
Esa experiencia quedó grabada a fuego al igual que los momentos en que siete u ocho militares los apuntaban con sus armas contra el paredón de su propia casa, mientras su madre les decía que no se movieran, ni hablaran. “Sin entender nada de lo que se venía después, sentíamos mucho miedo”, dice.
Tras la detención de un par de semanas, Baldomero fue liberado y nunca más se habló del tema, por el temor constante que los militares volvieran a su hogar, “mientras menos supieran los niños, mucho mejor para los padres, no se les transmitía nada”, menciona.
El objetivo de la Dictadura no solo fue exterminar a las personas, sino también aniquilar las ideas de izquierda en el país. “Mi padre fue detenido porque era militante del Partido Comunista, era comerciante, tenía una ferretería y era conocido, se sabía que era comunista, por eso lo detuvieron”.
Actividades en rescate de la memoria
Recorrer la segunda comisaría de Puerto Aysén es entrar en la historia, lugar de crímenes, torturas y detenciones. Se trata de la actividad central que anualmente realizan como agrupación. Este año asistieron veinte niños y niñas de Coyhaique, quienes se empaparon de la historia, para no repetirla. “Los viejos sabemos lo que pasó, lo importante es transmitir esto a las nuevas generaciones, para que no se olvide”.
Estas actividades refuerzan la pedagogía de la memoria, como lo señala Ana, que buscan visitar sitios de memoria, sobre todo con los más jóvenes, quienes “tienen otro espíritu y estamos haciendo un trabajo para el futuro, hacer algo itinerante, porque cuesta que la gente llegue a la segunda comisaría”.
Revisa la entrevista completa a continuación: