Por María Paz Muñoz
Cofundadora y ex presidenta de la Agrupación de Derechos Humanos de Coyhaique, Ninón Neira Vera vivió la detención de su hermano y su esposo. Tras ello, inició una lucha constante por la verdad, justicia y reparación de los Derechos Humanos de las víctimas de la dictadura.
Para Ninón Neira el golpe de estado cívico militar fue un duro retroceso en materia de derechos sociales. “Se perdió toda la esperanza que tenía el pueblo chileno, sobre todo la clase trabajadora. Había muchos proyectos, en la región se hicieron muchas cosas en el gobierno del compañero Salvador Allende”. Se refiere al centro clasificador de lana, la fábrica de calzado, la planta de gas, todas obras que no se alcanzaron a terminar.
Recuerda con un dejo de nostalgia que fue en la región de Aysén, donde comenzó el paro de camioneros que luego se extendió al resto del país, en un ambiente de tensión, paros, huelgas y movilizaciones de los profesionales, sobre todo de los médicos y otros gremios.
Fue el mismo 11 de septiembre cuando su esposo trabajaba en CORFO y lo llamaron al regimiento en primera instancia, pero se tardarían unos meses en detenerlo, cosa que ocurrió en noviembre de 1973, cuando el jefe del regimiento 14 Aysén era Humberto Gordon Rubio, miembro de la Junta de Gobierno y cómplice del asesinato del dirigente sindical Tucapel Jiménez. “Estuvo detenido en el regimiento, incomunicado en la cárcel, al tiempo lo soltaron y estuvo un año con firma semanal en Carabineros de Coyhaique”, precisa.
Casi de forma paralela detienen a su hermano Noel y otras personas proclives al gobierno de Salvador Allende como Ohri Donoso. “Los hicieron despedirse, porque los iban a fusilar”.
Recuerda también cuando los militares irrumpieron en su casa, con violencia verbal y física para buscar armas, sin embargo, no encontraron nada. “Se llevaron discos de mi hijo, revistas y no encontraron nada, pero era para que la gente los viera salir con algo. Mi casa estaba frente al hospital y había harta gente mirando el allanamiento”, advierte.
Después de dos semanas de la detención de Noel Neira pudieron dejarles ropa a los prisioneros. “Cuando nos devuelven la ropa que traían puesta cuando los detuvieron, venía con mucho olor a caballo y ensangrentada. Allí nos dimos cuenta con las otras compañeras que los habían torturado”, señala.
Más tarde las dictaduras de Sudamérica iniciarían lo que se llamó la Operación Cóndor, que buscaba detener personas en los territorios, independientemente del país. Así fue como detuvieron en Aysén a Humberto Cordano, en Argentina y otros tantos más.
Plan Nacional de Búsqueda
El Plan Nacional de Búsqueda y Justicia lanzado por el gobierno del presidente Gabriel Boric es una política pública permanente para encontrar o esclarecer las circunstancias de la desaparición o muerte de más de mil chilenos y chilenas en la Dictadura Cívico Militar.
Dado los años de ocurrida la Dictadura muchos de los asesinos y quienes fueron parte de la Dictadura están fallecidos, murieron sin enfrentar la justicia. No obstante Ninón Neira espera que este plan pueda traer verdad y justicia a quienes aún no conocen el paradero de sus seres queridos.
Agrupación de Derechos Humanos
A mediados de los ochenta, junto a otros parientes, familiares y víctimas del gobierno de Augusto Pinochet crean la Agrupación de Derechos Humanos. Ninón recuerda que el padre Bruno Predonzani hizo un gran trabajo en esos años para ubicar a los relegados que comenzaban a retornar al país. “Así trabajamos ayudando a los compañeros cuando pedían ayuda y hacíamos otras actividades clandestinas, que fue un trabajo que se tuvo que hacer, porque la organización estaba prohibida”.
También recuerda al padre José Fogliato, quien junto a Predonzani, colaboraron para que en el Liceo San Felipe se formara en diciembre de 1985 la Comisión Chilena de Derechos Humanos, capítulo Coyhaique, cuyo primer presidente fue Francisco Cisternas, donde también más tarde ella misma sería presidenta. “Hicimos muchas actividades, tratar de ubicar a la gente que desapareció, a los que ejecutaron, entre otras cosas”, dice.
La memoria prodigiosa de Ninón Neira recuerda muchos detalles, como el incendio provocado al sindicato o los programas en radio Ventisqueros, entre otras acciones, como la Peña, el Galpón o la Residencial Puerto Varas, Cine Colón, distintas casas de compañeras y compañeros que sirvieron de espacios para la resistencia.
El miedo instalado en Chile no solo destruyó la organización sindical o social en el país, sino que instaló el miedo, por lo que muchos familiares cuando perdían a sus seres queridos tampoco hacían la denuncia, ya que eso podía significar más muerte y desaparición, con tribunales a la medida de la Dictadura. “En esos años fuimos conociendo nombres de personas desaparecidas o ejecutados. Las primeras denuncias la hicimos nosotros como comisión en los casos de detenidos desaparecidos de Juan Vera, Néstor Castillo y Rosendo Pérez. Luego avanzamos y conocimos el caso en Puerto Aysén de Moisés Ayanao, Cárcamo Rodríguez, Sergio Alvarado, de Altamirano Monje. Tras ello, los militares hicieron certificados de defunción los cuales decían, en el caso de Vilugrón, causa de muerte fusilado y fue muy terrible leer eso y será sepultado en el mar”, indica.
Efectivamente muchos cuerpos fueron lanzados al mar en lanchas, por eso su destino es desconocido. Ninón recién después del retorno a la democracia pudo conocer a los familiares de las víctimas de Pinochet, quienes le agradecen hasta hoy el trabajo desplegado en esa época.
El plebiscito de 1988 y el retorno a la democracia
“Tras 17 años de Dictadura, se dio la posibilidad del retorno a la democracia con el Plebiscito del Si y el No. Instancia, donde la Agrupación de Derechos Humanos y el comando del PPD, de los cuales Ninón era parte, comenzaron a trabajar inmediatamente “a enseñar qué significaba la democracia, ya que muchos jóvenes no sabían qué era. Sin embargo, para que votaran por el No, íbamos a las plazas y talleres para incentivar a que se inclinaran por esta opción”, cuenta.
Ya en democracia, la agrupación trabajó en conjunto con la Comisión Rettig y Valech en 1992, donde se recogieron datos de las personas que sufrieron la represión, tanto en la región de Aysén, como a lo largo del país.
Según la Comisión Valech (2011), el resultado del golpe fueron 40.018 detenidos por motivos políticos y 3.065 personas muertas por tortura, degollamientos, ejecuciones extrajudiciales y desaparición forzada. Ni hablar del exilio, las relegaciones, los despidos ilegales y la inmensa pobreza que le siguieron. No se debe olvidar que la Concertación en 1990 recibió un país con un ingreso per cápita bajo los US$ 3.000.
Como mensaje, Ninón Neira apuesta por no perder nunca más el diálogo, que pensar distinto es importante, que se debe cuidar la democracia, para que no vuelvan a ocurrir estos hechos de 1973, las muertes, desapariciones y tantas otras atrocidades, e invitó a los jóvenes a participar del trabajo político, a conocer de qué se trata la política e incluso la relevancia que tiene.
Revisa la entrevista completa a continuación: