Un puñado de chilenos decidió mantener la miseria para nuestros adultos mayores. 84 diputados de Chile Vamos, la DC y el Partido Radical, nos quieren asegurar otros tantos años de desgracia para los pensionados. Y para ello se valieron del poder que nosotros mismos les entregamos. Votaron a favor de las AFP, lo hicieron sin vergüenza, por más que sus discursos grandilocuentes intenten esconder la horrible desgracia que acaban de cometer.
Diez mil pesos es lo que van a subir las pensiones, una burla para quienes tienen que vivir con promedios de 150 mil pesos. Sólo el año pasado la mitad de nuestros casi 700 mil jubilados por vejez tuvieron esas pensiones. Calcule las condiciones en las que se vive con esa plata, sólo cabe la ayuda de los parientes, si no hay o son lejanos, es figurativamente una muerte lenta y dolorosa.
La reforma previsional promete aumentar el pilar solidario recién el año 2024, pero el modelo no se toca. Señala el Gobierno que un 4% adicional será administrado por una entidad pública, pero ya se comienza a relativizar esa idea y no sería raro que la voracidad de las AFP termine por quedarse con ese monto también. Cualquier cosa pasa en Chile, lo hemos dicho.
Sabe usted que los mayores de 80 años tienen la tasa más alta de suicidios en Chile, seguido de las personas entre 70 y 79 años. Gran parte de ellos, obviamente estos fenómenos son multifactoriales, se explican por las pésimas condiciones de vida con la que llegan nuestros viejos al final de sus días. Los gastos en medicamentos significan tan alto costo para ellos, que muchos de nuestros abuelos deciden quitarse la vida, a ser una carga económica para sus familiares. Y esta situación la profundizó la Cámara al aprobar un mísero incremento de diez mil pesos para nuestros jubilados, asegurando las enormes utilidades para las empresas conocidas como Asociación de Fondos de Pensiones (AFP). Uno se pregunta, qué pasó con ese más de millón y medio de personas que hace unos meses marchó por las calles del país, multitudinarias manifestaciones para acabar con el modelo de AFP, que no ha sido recogido, ni considerado por nuestros parlamentarios.
Una campaña de desinformación orquestada por los grupos económicos que manejan nuestro dinero ha penetrado en parte de la población, aunque la inmensa mayoría sigue esperando que el modelo de AFP se termine de una vez, para dar paso a sistemas que aseguren una mejor vejez para todos.
Cuando se crearon las AFP, el promotor de este modelo, José Piñera, mostró a la prensa de la época que, en el año 2020, es decir, el próximo año las pensiones serían iguales a los sueldos de los trabajadores. La letra chica decía que con una rentabilidad del 7%. ¿Le vamos a creer a los mismos que hace 40 años atrás nos contaron tal mentira? ¿A los mismos que colocan nuestra plata en empresas tan cuestionadas internacionalmente como Monsanto?
Es de esperar que el movimiento No Más AFP se fortalezca, que el colectivo de los chilenos podamos generar la fuerza necesaria para acabar con este sistema perverso.
Por lo pronto tenemos a nuestros parlamentarios para presionarlos. Tanto Calisto, como Leuquén y Alinco votaron a favor de las AFP, aunque señalen politiqueramente respecto a esta reforma “que peor es nada”. El pueblo está cansado de eso, habiendo la fuerza necesaria en las calles gritando otra cosa. Cómo puede ser posible que quienes viven con los recursos que nosotros como ciudadanos les entregamos en sueldos y otras regalías, sigan votando en contra de los intereses del pueblo.
El último año las AFP recaudaron 7,3 billones (no sé cuántos ceros) de pesos y destinaron 2,3 a pensiones, haga la diferencia. Sólo el primer trimestre de este año, obtuvieron ganancias de 196 millones de dólares.
Y los gobiernos y nuestros parlamentarios insisten en mantener un modelo ícono de la desigualdad entre los chilenos: Una Reforma Previsional para asegurar miseria.
Autor: Elías Muñoz